Lo queramos o no todos tenemos una vida por delante.
Lo queramos o no la vamos a vivir hasta el final.
Lo que podemos elegir es como vivirla, conscientes de nuestros medios y de nuestras limitaciones.
Los hay optimistas incondicionales, optimistas moderados, semi optimistas con matices, de días alternos, de días fijos, ligeramente pesimistas, pesimistas con virutas de buen humor, pesimistas tirando a catastróficos, de los que pasan de "pesimista oscuro", de los que pasan de todo.
En beneficio de la síntesis, os dejo poner los demás matices.
Pues mira tu por donde, por mucho que nos empeñemos a refutar este hecho, ¡aquí cabemos todos!
En fondo antes de PK también los había mas guapos, mas altos, mas listos, mas sociables, mas sanos (y con todos los "menos" que queráis).
Nuestro inquilino indeseado e indeseable, amplifica por el lado lado emotivo lo que nos resta por el lado físico.
Sin embargo. la naturaleza de cada uno de nosotros sigue allí.
Sobra estas fundamentas, nos habíamos construido nuestra "casa" (nuestra vida).
El "tzunami PK" arrasó con todo.
Pero nuestro ser individual sigue allí, y constituirá los cimientos de la casa que intentamos reconstruir.
Aprendimos de niños a no llorar si el mar se llevaba nuestros castillos de arena.
La primera vez, quisimos hacer el castillo mas grande nunca construido, le pusimos torres macizas, cavamos una zanca para ponerlo al reparo de la holas, doblamos el ancho de los muros.
¿Sirvió de mucho tanto esfuerzo? Si, a que lloremos también mucho.
La vida (el mar) se encargó de poner de nuevo todo en sitio.
Así aprendimos que nos compensaba mas unos castillos mas pequeños, prefiriendo pasar menos tiempo construyéndolos y mas el tiempo disfrutando de ellos.
Vuelta de tuerca: la historia nos enseña que quedarse a defensa de nuestros pequeños castillos es necesario pero insuficiente para enfrentarse los grandes desafíos o aferrar las grandes oportunidades.
Que no pasemos nuestras vidas velando armas para enfrentarnos solos a los gigantes.
Todo juntos, todos unidos, conseguiremos mas.
¡Porque el Parkinson es cosa de todos!