Alegria!
Come un lampo di vita
Come un pazzo gridar
Alegria!
Del delittuoso grido
Bella ruggente pena
Seren
Come la rabbia di amar
Alegria!
Come un assalto di gioia
Alegria!
Con estas palabras se abre un espectáculo que ha dado la vuelta al mundo.
Una puerta a un mundo donde todo es posible.
Donde se mezclan llantos y risas, tristeza y felicidad.
La vida en su esencia.
En fin de cuentas, sin preguntarnos alguien se encargó de contratar en nuestro nombre un abono para un camino de espinas con clausula de permanencia mínima de toda la vida (sin siquiera con tarifa plana, sigh…).
Mientras seguimos a la espera que algún abogado (lease investigador) de con la formula jurídica que nos permita ejercer el derecho a la rescisión del contrato con el servicio de la multinacional del Parkinson, por el mismo precio podríamos dedicarnos a comprar entradas por todos los momentos de felicidad que podamos aprovechar entre “factura y factura”, entre “cobro y cobro”.
Ya se que la Parkinson,SA. es mas pesada y puntual del cobrador del frac, pero ¿queremos entregarle también nuestro espíritus igual que se va cobrando nuestro cuerpo?
1 comentario:
Nunca vi tantos amaneceres como ahora.
Carmen
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