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Sorteada la primera boya de la noche buena, encaramos la empopada que nos lleva a la noche vieja, precursora del ultimo bordo de ceñida que conduce a la meta de la epifanía.
En nuestra personal regata competimos de eternos "challengers" sin esperanza de levantar el anhelado trofeo y sin embargo con una motivación inquebrantable que nos llena de viento las velas.
La mirada fija en el horizonte, alternando unas ojeadas a las velas y otras a las olas, nos ocupamos de lo está por venir, mientras la estela de agua que dejamos al pasar, rápidamente se pierde en el oleaje.
Estos suelen ser días de buenos propósitos.
Haré régimen... me apuntaré al gimnasio... iré a las terapias.... me cuidaré mas..... hasta voy a aprender ingles!
No se cuantos y cuales de estos buenos propósitos voy a apuntar en mi agenda para el 2010.
Una cosa si.
Como decía aquel... "puedo prometer y prometo"... continuar poniendo a disposición todo lo que sepa y pueda hacer en cada momento en favor de quienes consideren les pueda ser de ayuda.
Porque todo lo que aportemos hoy a mejorar nuestro entorno, nos revertirá a nosotros mismos, que con un poco de suerte aspiramos a llegar a ser mayores algún día.... y si haciendo este camino procurásemos pasarlo bien, ¡mucho mejor!
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