Ayer conocí personas nuevas gracias al interés común en apoyar el viaje ciclista solidario de este año.
A primera hora de la tarde pude compartir un buen rato en la agradable compañía de una mujer que sigue manteniendo intacto su buen humor y su espíritus de luchadora después de mas de una década de militancia en el gremio.
Necesitó muy pocas palabras y explicaciones para entender las razones que mueven unos ciclistas murcianos a recorrer cada año centenares de kilómetros. En seguida ofreció su disponibilidad a facilitar la llegada del Tour de Parkinson a su ciudad, dentro de sus posibilidades.
La familia que conocí a ultima hora de la tarde no tiene (mejor dicho, no tenia hasta entonces) vinculación alguna con nuestro gremio. Admitieron honestamente tener poca información y mas relacionada con otra enfermedad neurodegenerativa y me invitaron a ayudarles a comprender que es el Parkinson.
Sin embargo, no dudaron un segundo en abrir las puertas de su casa para recibirme y lo mismo harán encantados con nuestros amigo ciclistas a su llegada.
Les prometí llevarles una copia del comic "Con los ojos de un niño" para que lo puedan leer en compañía de su preciosa hija que tenía una comprensible curiosidad por conocer que hacia este señor en su casa y de que hablaba con sus padres.
Toda moneda tiene su reverso.
La alegría por verificar de nuevo que siguen existiendo seres humanos dignos de llamarse así queda empañada por la constatación que desgraciadamente nos tenemos que seguir alegrando y sorprendiendo de algo que debería ser la norma cotidiana.
Parafraseando a JFK podríamos decir:
No te preguntes qué puede hacer los demás por ti, pregúntate que puedes hacer tú por los demás.
Es verdad: la comparaciones tienen medallas.