De entrada voy a tranquilizaros sobre el argumento: no voy a tediar a nadie con sesudas explicaciones sobre el papel revolucionario de Internet en nuestras vida.
Quienes hacemos uso de esta herramienta bien somos conocedores de ello y cada uno en la medida de su utilización personal.
Sin embargo hay cosas que ninguna novedad tecnológica ha conseguido revolucionar todavía.
Igual que estar afectados por una enfermedad como la de Parkinson, no nos convierte en mejores (o peores) personas de las que eramos antes de recibir la "noticia", el uso de una herramienta no altera nuestros rasgos de personalidad, por muy sofisticada que sea dicha herramienta.
Pero nos abre unas magnificas oportunidades.
Estos últimos días pude comunicar y finalmente conversar con una persona del "gremio" que vive en la costa oeste de los EEUU.
Nos separan nada mas que 9 horas de huso horario, diferente idioma y costumbres.
En pocos minutos de conversación hemos desarrollado, planificado y puesto en marcha muchos asuntos para ayudar a informar sobre la enfermedad de Parkinson en nuestros respectivos países.
Está claro: las medallas son odiosas.
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