Bienvenid@s a My own Arcadia

Me pareció una buena idea asociar el mito de la Arcadia a este blog dedicado a la enfermedad de Parkinson para reivindicar el optimismo necesario para que podamos seguir disfrutando al máximo de nuestra propia vida dentro de las posibilidades de cada un@ y en cada momento.

Nuestra propia Arcadia (My onw Arcadia) la tenemos que construir dentro y alrededor de nosotros mismos con aquellos que amamos y que nos aman.

domingo, 13 de febrero de 2011

Il giorno della civetta

¿La enfermedad nos hace mejores?

Un tema común de conversación, incluso a veces hasta de animadas discusiones.

No es inusual leer en foros o blogs personales las reflexiones en voz alta sobre este tema de personas cuyas vidas han sido golpeadas duramente por la llegada de una enfermedad que genera discapacidad como la de Parkinson .

Salvando los matices propios de cada experiencia, las raíces culturales y hasta la educación religiosa de cada persona, es fácil ver que existe una clara propensión a favor de una respuesta afirmativa a la pregunta inicial.

Algunos las consideran como un camino de purificación hacia la elevación moral en esta vida o la consecución de una recompensa en la próxima.
Los hay que consideran la enfermedad y el padecimiento asociado la expiación de faltas cometidas en vidas anteriores.

Por el otro lado, los que consideran que se trata simple y llanamente de una "putada" o los mas duchos a la utilización de adjetivos la consideran una "terrible putada", mientras que los adictos a los comparativos la suelen definir una "gran putada" o los extremistas la "mas grande de las putadas".

Asumiendo por valido el postulado según el cual todo evento traumatico en la vida de las personas supone una serie de cambios, a mi modesto entender, estos cambios se limitan a la esfera adaptativa del comportamiento humano.

El cambio en las capacidades y en el entorno inmediato, obligan las personas a cambiar sus planes, metas, objetivos y sobretodo los medios y caminos para conseguirlos.
La índole subyacente, el componente natural del comportamiento sigue prácticamente inalterado.

Según la definición que el escritor Leonardo Sciascia nos descubre en las palabras de un personaje de su novela "Il giorno della civetta" el genero humano se divide en una simples y claras categorías:
"uomini, mezzi uomini, ominicchi, piglainculo e quacquaracqua..."

Con o sin la enfermedad de Parkinson, ¿está en nuestras manos decidir en que categoría del genero humano vamos a pertenecer?

Quizás a estas alturas sea demasiado tarde...


«Io» proseguì don Mariano «ho una certa pratica del mondo; e quella che diciamo l'umanità, e ci riempiamo la bocca a dire umanità, bella parola piena di vento, la divido in cinque categorie: gli uomini, i mezz'uomini, gli ominicchi, i (con rispetto parlando) pigliainculo e i quaquaraquà... Pochissimi gli uomini; i mezz'uomini pochi, ché mi contenterei l'umanità si fermasse ai mezz'uomini... E invece no, scende ancora più in giù, agli ominicchi: che sono come i bambini che si credono grandi, scimmie che fanno le stesse mosse dei grandi... E ancora di più: i pigliainculo, che vanno diventando un esercito... E infine i quaquaraquà: che dovrebbero vivere come le anatre nelle pozzanghere, ché la loro vita non ha più senso e più espressione di quella delle anatre... [...]» 

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