Parece ayer y ya pasó un año.
Hace justo 12 meses, en estas fechas navideñas, que entre desánimos interiores y luces en las calles, que se abría paso sigilosamente en las mentes de unas personas que compartían algo mas que un diagnostico una idea, un propósito, un sueño.
Por la ventana, llevadas por el viento, a menudo es así que llegan a tu vida las cosas que luego acaban por quedarse.
Al revés, lo que llega por la puerta grande entre repiques de campanas, suele salir arrojado por la ventana.
En aquellos días cuando muchas almas descansan cerca del calor pasajero de unas tarjetas de crédito humeantes, dos náufragos lanzaban un mensaje en una botella, desde su isla perdida en el infinito.
Sentados en la orilla de la playa esperaron...... esperaron..........
Justo cuando el desanimo estaba a punto de ganarle la batalla a la ilusión, una mañana encontraron docenas, luego centenares, hasta llegaron a miles los mensajes en las botellas de otros tantos náufragos del alma.
Mas que la cantidad de mensajes (el número de visitas aumenta cada mes siendo cerca de 5.000 cada mes desde el debut en octubre de la nueva versión del portal) lo que realmente les animó fue la calidad y el espesor humano de todos aquellos que hasta hoy encontraron en el camino.
Historias grandes y pequeñas, tantos hombres y mujeres de espíritus indomable que no temen caer porque saben que se volverán a levantar.
Familias rotas por el intruso, familias que se vuelven indestructibles en su lucha a favor del miembro más débil (¿débil?) que parece ser la fuente inagotable de las fuerzas de sus seres queridos. Y lucha, crea, asiste, alienta, .... y poco descansa.
Mujeres cuya sensibilidad exquisita las vuelve vulnerables a los envites de la enfermedad de su pareja, pero solo por unos instantes, luego pintan el cielo de los blogs con unos brochazos raudos de palabras que parece estén escritas para ti.
Hombres de espaldas anchas, por eso cargados sobre mesura por unas responsabilidades colocadas en su mochila por su propio orgullo, fuertes como robles se acaban doblando por su propio "exceso de equipaje" mas que por el maestral que la sustancia nigra y el putamen nuestro de cada día ....
Mujeres de vuelta de todas las guerras libradas por tierra, mar y aire, que se confiesan agotadas y en realidad lo único que quieren es alguien que las ayude a volver a oler el azufre de la pólvora y sentir vibrar de nuevo los tímpanos al fragor de la contienda.
Puede que se haya terminado su etapa de infante de marina, pero se han transformado en sabios generales, en nuestra memoria.
Cuantos mundos y culturas, el idioma que nos une con el otro lado del atlántico nos permite ver con los ojos de nuestro amigo en la red, y que la pasión latina por la tertulia en el ágora cibernético nos hace olvidar la diferencia de horario.
Un día me angustió la pregunta si todo esto realmente valía la pena...
¿Qué sentido tiene seguir luchando?
¿Merecerá la pena continuar?
¿Porqué te obstinas a seguir luchando?
¿No lo ves que no conseguirás nada?
¿Tienes tanto tiempo para perder detrás de una utopía?
Llegar a la meta no es vencer, lo importante es el camino, caer, levantarse, insistir y aprender.
Si no lo conseguimos nosotros, por lo menos habremos recorrido parte del camino y dejaremos una buena herencia a los que nos seguirán en esta misma senda.
Creo que en la vida es más importante encontrar un camino que llegar.
Tener un objetivo, grande o pequeño que sea.
Seguir manteniendo una ilusión.
Este fragmento reportado a continuación, cambiado de contexto parece escrito a medida para nuestras vivencias.
Poner nuestro "intruso" en lugar del sujeto elíptico.
..... Fue colocado en nuestras vidas con un propósito.
Este propósito tiene que ser satisfecho, por eso huir de la lucha es lo peor que nos puede suceder.
Es peor que perder la lucha, porque de la derrota siempre podemos aprender algo, pero con la huida, lo único que haremos es declarar victorioso a nuestro enemigo......
El peregrino (Diario de un mago) - Paulo Coelho