Antes de empezar mi nueva vida, en un ataque de consumismo, decidí comprarme un sillón reclinable para mirar la tele con mas comodidad.
No importaba el precio ni el hecho incontrovertible que nunca tendría tiempo para disfrutar de mi nuevo sillón, siendo rehén de mis horarios imposibles de trabajo.
Con el cambio de tercio que llegó a mi vida, el sillón se ha convertido en mi pequeño refugio de las tardes pensativas o de las noches insomnes.
Desde allí sigo observando el mundo a través de una grande (o quizás demasiado pequeña) ventana (sub)real…. (hyper)real…..
El prefijo cambia cada día
Al anochecer, la ventana oscura se vuelve espejo, y me encuentro mirándome, viendo el mundo real dentro una mirada cansada.
Lo importante es seguir estando, seguir preguntandose si mereció la pena estar allí
4 comentarios:
Puede.
Puede que sea lo importante. Ser lo que estoy siendo en este momento.
Besos.
je
esta ventana merece la pena, creo yo, es un modo de estar
Se te termino el puente aéreo Neo, pero se te abrió esa ventana que no veías porque no era de tu mundo. En ella ves de manera diferente a esa persona temblorosa que te ha preguntado si es la cola de embarque a Madrid por dos veces. La prisa cesó, todo marcha lento y reflexivo, se saborean nuevas amistades, altísimos retos que dejan a los de la vida corriente a la altura de juegos de niños. Empieza una la carrera de obstáculos donde el premio es apreciar la vida.
carmen
Nunca tuve tiempo para quedarme mirando por la ventana mientras oscurece.
Ahora descubro nuevos matices dentro las cosas de cada día, como fueran muñecas rusas.
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