El hortelano, que cultiva verduras, “sabiamente” pone de guardián de su huerto al perro, porque éste al no ser vegetariano no se comerá los cultivos y evitará que otros animales, que sí son vegetarianos, se los coman.
Por ese “trabajo” seguramente que el perro será recompensado por su amo, y el “no come ni deja comer” no es sacrificio para “el mejor amigo” del hortelano.
Al perro no le importa, al amo no le interesa, pero mientras tanto las hortalizas se continúan pudriendo en el campo.
Que despilfarro con el hambre que hay en este mundo…
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