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Me sigue intrigando la fascinación que probamos, casi una atracción fatal, para elegir la mas negativa entre dos interpretaciones del mismo hecho objetivo.
Es algo innato o es cultural, que delante de una noticia, rumor o sospecha de que alguna persona haya supuestamente actuado de forma no acorde a la "moral publica", rápidamente y mas fácilmente nos decantamos por el veredicto de culpabilidad?
Quizás porque de alguna manera, ejerciendo el papel de publico acusador, estamos inconscientemente procurando alejar de nosotros esta imagen negativa, exorcizando todo tipo de sospecha?
Mejor apuntarse raudos llevando una antorcha a la quema de la bruja, no vaya a ser que nuestras reservas o dudas sobre su culpabilidad cual hereje, acaben atrayendo las miradas de los persecutores.
Participemos jubilosos a la ceremonia social de la quema, al fin y al cabo, solo se trata de una bruja.
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